Esto también pasará y el Estado estará presente

La pandemia y la cuarentena pasarán. Tarde o temprano ese momento llegará. La economía seguramente muestre números rojos y la pobreza habrá aumentado. La salida no será posible sin la presencia del Estado. El gobierno deberá estar presente con herramientas para los sectores más golpeados, si no todo será cuesta arriba.

Eso piensa y planea Daniel Arroyo. El Ministro de Desarrollo Social tiene y tendrá un rol fundamental. En sus palabras describe (y no esconde) la difícil situación de muchos argentinos, pero también diseña lo que vendrá: “Sabemos que hay mucha gente angustiada porque realmente no le alcanza. Ante esto nosotros planteamos las políticas sociales en dos planos: el plano de la asistencia alimentaria y el plano de la salida con trabajo. Pusimos en marcha el plan Potenciar Trabajo parra cinco sectores productivos claves como construcción, textil, alimentos, cuidado de otras personas y el reciclado”.  Sobre el final, Arroyo desea que esta nueva cuarentena más estricta logre bajar la curva de contagios, no sólo para evitar muertes y contagios masivos, sino también porque le permitirá a muchas familias volver al trabajo: “Creo que si lo hacemos bien, a partir del 17 de julio habrá más apertura lo que nos permitirá reconstruir la normalidad, los procesos productivos y el mundo del trabajo”.

Nicolas Munafó: – Tras 4 años de macrismo asumen, llega la pandemia algo totalmente inesperado, y les toca atender situaciones que no esperaban, no?
Daniel Arroyo:Claramente, la situación social es crítica. Estable pero crítica. Antes de la pandemia teníamos 8 millones de personas que recibían asistencia alimentaria y ahora pasamos a 11 millones de persona. La gente se quedó sin “changas”, gente que nunca había estado en un comedor, que tenía ingresos de su propio trabajo –un mozo, un durlero,un remisero- le bajó a cero el ingreso. Aún personas con ingreso formal y recibo de suelo no les alcanza para comer. Es una situación crítica pero con un Estado presente, ampliamos la cobertura alimentaria, llegamos con los $10000 del IFE a casi 10 millones de personas. Hay varias políticas de emergencia en un contexto difícil, hay mucha gente angustiada porque realmente no le alcanza.

 

NM: -La ayuda llega hoy a 11 millones de personas, ¿cree que, lamentablemente, con esta situación de pandemia y baja en el empleo, ése número pueda aumentar en los próximos meses?
DA: – Está claro que están aumentando la pobreza y la desigualdad en Argentina. Es una situación que claramente tiene que ver con las “changas”, cuando aumentan las changas en construcción y el área textil por ejemplo, baja la cantidad de gente que asiste a comedores. De acá al 17 de julio esto no va a ser así, porque se va a cerrar mucho la actividad asique habrá más demanda. Nosotros planteamos las políticas sociales en dos planos: el plano de la asistencia alimentaria y el plano de la salida con trabajo. Pusimos en marcha el plan Potenciar Trabajo para cinco sectores productivos claves (construcción, textil, alimentos, cuidado de otras personas y el reciclado) estamos trabajando creando un sistema de créditos para reconstruir a partir del trabajo.

NM: -¿Cómo pueden las personas solicitar la asistencia de alguno de estos programas de ayuda? Para trabajar, porque creo importante eso: que lo hagan a través del trabajo.
DA: -Ése es el cambio que hemos hecho: hay 580000 personas que cobran planes sociales. Con Potenciar Trabajo accede al monto de un salario mínimo si trabaja 4 horas, si trabaja más horas quien lo contrata debe completarle el monto proporcional del ingreso, como pueda ser un municipio, una obra social o una cooperativa. Además, junto a cada provincia coordinamos la gestión para enviar fondos para máquinas, herramientas, insumos y bienes de capital para financiar proyectos en distintos sectores, armamos un sistema de créditos no bancarios para cuentapropistas, sumado a la posibilidad que se transformen en monotributista social y emita factura pero estando exento de pagos. Éste plan ya está en marcha en provincias donde la actividad está más liberada, aún está en expansión en lugares como Chaco y el conunrbano bonaerense que presentan mayores restricciones.

 

NM: – ¿Cómo ha sido la asistencia social a nivel país durante el aislamiento?
DA: – La asistencia alimentaria se da de distintas maneras, una de ellas es la compra directa de alimentos por parte del Estado. Además transferimos fondos a provincias y municipios para alimentos y artículos de higiene por un monto de $2000 millones. La tercer manera es la Tarjeta Alimentar, que ya estaba en marcha antes de la pandemia y que asiste a un millón y medio de familias. La cuarta forma es la asistencia directa a comedores, con casi 5 mil comedores que reciben fondos y ellos mismos compran los alimentos en forma directa. Es un buen sistema, porque compran en cercanía y así mueven la economía local. Y la quinta manera son los comedores escolares, a los que les duplicamos los montos porque aun las escuelas estén cerradas, se entregan bolsones y módulos de alimentos cada quince días. De todas estas maneras, pasamos de $5000 millones en asistencia alimentaria por mes a $14000 millones, para llegar de manera directa e indirecta a 11 millones de argentinos es una situación crítica.

NM: – Aunque nadie maneja los tiempos del virus y la situación totalmente distinta entre Chaco y Buenos Aires del resto del país, ¿cuándo estima que el país estará nuevamente en marcha para producir? Porque venimos de 4 años muy malos en el país, y es necesario comenzar a trabajar y producir para salir adelante.
DA: – Es difícil saberlo porque el nivel de contagio ha crecido -sobretodo en el AMBA- es un momento de mucho cierre, de tener mucho cuidado. Esperemos que después del 17 de julio comience a abrirse la actividad si baja el nivel de contagio. Hablo mucho con ministros del área de desarrollo social de otros países de América Latina y es impactante llegar al debate de decidir a quién darle una cama en un hospital y a quién no. Tenemos que ser muy cuidadosos en este tiempo. Creo que si lo hacemos bien, a partir del 17 de julio habrá más apertura lo que nos permitirá reconstruir la normalidad, los procesos productivos y el mundo del trabajo.

NM: – Llegó el frío y empezó el Operativo Invierno, ¿en qué consiste?
DA: – La peor de las situaciones es pobreza+frío. Por eso entregamos ropa de abrigo, frazadas, estufas y junto al área de salud -quienes nos ayudan con el control sanitario- el Operativo Invierno apunta especialmente a la gente en situación de calle. Hicimos un convenio con Cáritas nacional para todo el país, que pusimos en marcha desde la parroquia San Cayetano, y usamos elementos que estaban en la aduana incautados o que nadie retiró.

 

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